La etapa de confinamiento nos ha vuelto a mostrar la necesidad de estar al día en tecnología. Manejar el móvil, la cámara, mandar o recibir mensajes, enviar o escuchar audios, participar en videollamadas, utilizar el correo electrónico, diferentes aplicaciones, etc, etc.
El caso de R. F. es el de una persona que, al inicio de la pandemia, solo podía hacer llamadas con su móvil. A día de hoy, esta persona, es capaz de participar en videollamadas grupales para mantener vínculos con sus compañeros o mantener sesiones de trabajo a través de aplicaciones móviles. Al igual que otros compañeros, R. F. todavía no ha podido retomar su actividad presencial, en su centro de formación pero, todas las semanas contacta telemáticamente con su profesional de referencia, con el que programa las actividades y tareas que va a hacer cada día. Ha aprendido a hacer fotografías, encuadrando y enfocando bien la imagen, para poder enviar sus trabajos y compartir a través de Whatsapp. Ha sido todo un avance.
Hemos preguntado a R.F. si cree que aprender estas habilidades le ha supuesto un beneficio para su vida. Su respuesta ha sido: "Sí, porque ahora puedo participar en el grupo de WhatsApp de Formación de Adultos de Horizon. Mando la fotos de las actividades que hago en casa y las corregimos. También hacemos resúmenes grabados en audio y hacemos videollamadas con varios compañeros. Ah, y los viernes hacemos juegos todos juntos. Estoy muy contento".
Al igual que R. F. hay muchas otras personas que durante este tiempo han avanzado mucho en su desenvolvimiento tecnológico, lo que les ha permitido seguir conectado y no quedarse descolgados pero... todos coincidimos en que... por mucho que los móviles, la tablet, el ordenador son herramientas que ofrecen innumerables posibilidades, nada es comparable al contacto personal, el cara a cara, la cercanía (aunque sea a 2 metros de distancia) que te permite sentir el calor humano. Ojalá pronto podamos volver a estar todos juntos.
