Después de elaborar más de 100 Nendo Dango en el centro, tocaba lanzar esas "bombas de semillas". Ya os hablamos de su elaboración aquí (pincha este enlace y podrás verlo). Buscamos un lugar con poca vegetación y allá nos dirigimos todos y todas.
Como podéis ver, se trata de bolas que no ocupan mucho, pero que guardan en su interior semillas de plantas y árboles. Son pequeñas bombas de vida y esperanza.
Una de las grandes ventajas de este tipo de siembra es que no es necesario llegar al lugar de siembra. Simplemente lanzamos las Nendo Dango y la naturaleza hará su trabajo.
Una experiencia inolvidable. Sembramos vida, tratando de mejorar nuestro entorno, nuestro planeta. Por un futuro mejor.